Lavado de Cisternas
El lavado de cisternas es una práctica de limpieza esencial en el mantenimiento y cuidado de las instalaciones de almacenamiento de agua potable.
Es esencial que el agua esté limpia y libre de contaminantes, ya que será utilizada para consumo humano. Por tanto, el lavado se lleva a cabo para remover la acumulación de sedimentos, residuos y bacterias que se pueden acumular en el interior con el tiempo.
Si la falta de limpieza adecuada se produce, puede provocar el crecimiento de bacterias y otros microorganismos dañinos, lo que puede poner en riesgo la salud de las personas que consumen el agua almacenada en ellas.
Procedimiento para el lavado de cisternas
Productos:
- Guantes y gafas de protección.
- Cepillos, rasquetas, esponjas, etc.
- Desinfectante.
- Bombas y mangueras, si es necesario.
- Medidores de pH y Cloro.
Procedimiento:
- Vaciar la cisterna o tinaco: El primer paso es vaciar la cisterna o tinaco para poder acceder a las paredes y el fondo.
- Raspar y limpiar las paredes y el fondo: se raspará y limpiará removiendo los residuos y sedimentos acumulados.
- Enjuagar la cisterna o tinaco: se enjuagará varias veces con agua limpia para eliminar cualquier residuo suelto que pudiera quedar.
- Desinfecta la cisterna o tinaco: se desinfectará con cloro, ácido acético, peróxido de hidrógeno o algún otro desinfectante que sea adecuado.
- Enjuagar nuevamente la cisterna o tinaco: nuevamente se enjuagará con agua limpia para eliminar cualquier residuo del desinfectante.
- Llenar la cisterna o tinaco: Finalmente, se volverá a llenar, verificando que esté libre de cualquier residuo o sabor.